Durante décadas, en la ciudad de Santiago de Chile, los habitantes que moran en la zona que hoy corresponde a la Comuna de San Joaquín, conocían parcialmente de una roca de 6170 kilogramos. Según ellos describen, la roca que hasta septiembre de 2002 se situaba en una de las pequeñas plazas de Pasaje Donoso, era conocida por sus propios padres y abuelos que, ya desde fines de 1898, desconocían el origen y la procedencia de semejante objeto.
Algunos de los lugareños comentaban que sus parientes mayores ya conocían antes de 1920 de una roca de grandes dimensiones que en varias oportunidades habían intentado perforar, sin grandes resultados. Aunque sabían que en ese entonces no existían grandes fundiciones en el sector, y conociendo que una alta pureza en las coladas de fierro era escasa por ese tiempo, les llamó la atención que semejante trozo hubiese sido abandonado sin que ninguna posterior utilidad se le diera. ¿Sería tal vez un gran meteorito caído a fines del Siglo XIX, o tal vez, mucho antes?.
O bien, ¿se trataría quizá de un acero fabricado con alguna tecnología dejada por los españoles, o otros grupos locales?.
Si bien múltiples grupos intentaron analizar el gran trozo con seriedad, los vecinos del sector se negaron sistematicamente a que se extrajeran pedazos para su análisis, y menos autorizar la remoción de la gigantesca roca para que fuera examinada por especialistas.
Todo esto continuó con incierto derrotero, hasta que en septiembre de 2002 una oficina de Abogados, Auditores e Ingenieros, conocida como Carlos Hidalgo & Asociados, con las autorizaciones correspondientes de los Tribunales Civiles de la Comuna de San Miguel, y habiendo efectuado manifestación minera sobre el trozo metálico, publicándose la inscripción en el Diario Oficial de Minería, consiguieron el permiso para retirar la roca contratando los servicios de grua y retroexcavadoras IDE, con oficinas en camino a Melipilla en la Comuna de Cerrillos.
Así fue que en una sóla mañana de octubre de 2003, haciendo uso de la fuerza pública (policía de Carabineros de Chile), y de un receptor judicial, se inició los preparativos para el retiro de la especie. Los vecinos alertaron al alcalde de la comuna de San Joaquin, quien envió un movil de carabineros del sector, para proceder al freno del operativo y ejecutar órdenes de detención en caso que la oficina Carlos Hidalgo & Asociados continuara con la acción, que el mismo alcalde Ramón Farías calificó como delictual. Don Ramón Farías adujo ante el Tribunal que la roca de 6170 kilos correspondía a un patrimonio cultural de la comuna debido a la historia de dicha piedra en el lugar; y que todos sabían que no era un producto de fundición o escoria, o residuo de una colada, por lo que estimó que no procedía que una oficina comercial se llevara "such a Big Stone" sin la debida autorización de la alcaldía.
No obstante, ese mismo día, y ante el estupor del alcalde y de los vecinos, la roca de más de seis toneladas fue retirada con las autorizaciones del tribunal y del cuerpo de Carabineros de Chile. Nadie, ni siquiera el alcalde Ramón Farías, pudo detener el operativo. Y aunque luego el alcalde de sicha comuna procedió a demandar a los miembros de la oficina comercial, la Corte rechazó el recurso de amparo debido a que las leyes mineras estan "por sobre" los derechos de los alcaldes. Con ello, y con la posterior inscripción de la Sociedad Minera de la oficina comercial, el municipio representado por don Ramón Farías perdió todas las instancias judiciales, firmando el desestimiento definitivo a pocos meses de entablada su acción.
Con todo lo anterior, la roca que hoy se conoce como VEAS-01, quedó legalmente inscrita y con todos lo papeles mineros, de propiedad de la oficina Carlos Hidalgo & Asociados, quedando fuera toda instancia de ser recuperada por parte de los antiguos vecinos o por el mismo alcalde.
En los próximos días publicaremos cómo hasta el día de hoy, y pese a los análisis efectuados tanto en instituciones nacionales como internacionales, no se ha podido esclarecer el orígen de la roca VEAS-01. Si bien se encontró olivino y productos de alteración propios de los meteoritos metálicos (siderito), así como aluminosilicatos no identificados hasta la fecha, se observó que el fierro de que estaba constituído era de una pureza tal de casi 99.5% con un contenido de casi 0.2% de Ni, lo cual rechaza la hipótesis de un siderito. Publicaremos algunos de los comentarios efectuados por la Universidad de Cambridge respecto de la estructura de "gigantescas lineas de Widmanstaetten", formadas por ferrita y carburos de Fe, encontradas en el acero de VEAS-01, y de cómo la resistividad de la roca total varía en proporción inversa a la temperatura con valores aproximados que van de 0.58 (ohm-m) en el día, a 1.6 (ohm-m) durante la noche, aunque todos sabemos que la resistividad del fierro puro es de casi 1 diez millonésima de ohm-metro.